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jueves, 25 de julio de 2013

Coadicción

Cuando durante la tercera sesión de Terapia de Familia, le dije a la madre de Diego que ella era coadicta, me miró primero extrañada, y luego, muy molesta, me dijo que nunca en su vida ella había consumido ninguna droga.
Diego, ahora de 17 años, había empezado el consumo de drogas a los doce años. Empezó, como dijo, como jugando, solamente para probar, sin saber que se engancharía a la cocaína.
Delante de sus padres y hermanos, Diego relataba cómo se inició en el consumo de nicotina, alcohol, marihuana, pasta básica de cocaína, benzodiacepinas, “pero yo doctor, solamente consumo clorhidrato de cocaína, ya no consumo ni marihuana ni pasta básica, mi familia ya sabe que me recurseo para poder seguir con mi vicio. Y esta vez he venido porque tuve una sobredosis y casi me muero, mi madre pensaba que yo me estaba haciendo, que estaba fingiendo, yo veía las cosas borrosas, el corazón parecía que se me iba a salir del pecho y como que me desmayé, y arrastrándome llegué adonde mi mamá, que ni caso me hacía. Y allí le dije que llamara a mi tía Nora que es médico, le expliqué lo que sentía y por fin me trajeron a la Emergencia del Almenara, parecía un viaje interminable, parecía que ya me iba a morir”.
Diego, aunque con una motivación prestada, esta vez está dispuesto a cambiar. “Ya me han internado en Centros de Rehabilitación, algunos fichos, con cancha de futbol y piscinas, pero solamente para mirarlas, porque nos sacaban una vez al mes a caminar alrededor, cuando era día de visita, tampoco tenían profesionales, el dueño era un ex adicto que había contratado a otros ex adictos como monitores, y lo que hacían era castigarnos, levantarnos de madrugada, echarnos agua helada y dejarnos parados durante casi tres días hasta que nos temblaban las piernas y nos caíamos desmayados”.
La madre de Diego, carraspea un poco, suave pero firme, me dice que le aclare porqué le he llamado adicta. Entonces le corrijo, le digo que no le he dicho que es adicta, sino que es coadicta.
Y le digo que las personas coadictas son aquellas que permiten y que ayudan a que el drogadicto no se cure. ¿Quiere decir que yo hago cosas para el mal de mi hijo, cuando todo lo que hago es por su bien?
Dejo que termine de hablar y hablo de otra madre, que es un ejemplo de coadicta, le digo. Esta otra madre es la que le da dinero, una propina al hijo que se encuentra en rehabilitación, cuando la indicación del médico es que el paciente no maneje nada de dinero. ¿Pero cómo va a hacer si por allí le provoca comerse alguito? Además, como en la época de consumo casi ni ha comido y está tan flaco… Esta otra madre se queda desvelada esperando al hijo que se ha ido de parranda con los “amigos”, escucha sus pasos y le abre la puerta suavemente para no despertar a los demás miembros de la familia, inclusive le dice: “entra despacio para que no se despierte tu papá, te ves tan pálido, espera un ratito que te voy a calentar la comida que te he guardado, no te puedes dormir sin comer”.
Miro a los ojos de la madre de Diego que todavía quiere reclamar algo, y cuando empieza a decir que ella nunca desearía que su hijo recaiga, le dijo que los coadictos no lo hacen a propósito, que mas bien es por sobreprotección, por un amor equivocado hacia sus seres queridos, que les impiden ser autónomos, independientes y quieren, en el fondo de sus almas, que sigan siendo el niño pequeño que criaron.
Entonces leo en voz alta el reporte de Enfermería donde dice que la mamá, en clara alusión al estilo del consumidor, había “pasado” un celular en el fondo falso de su cartera, aún cuando ya había sido advertida que no estaba permitido el uso de celulares para los pacientes hospitalizados, que se había prestado para llamar por teléfono a los amigos consumidores y que le trajeron droga camuflada. Y también aproveché para devolverle el billete de cincuenta soles que le había dejado al hijo. “Es que le podía provocar comerse una tortita en la cafetería”.
Por el bien de Diego, espero que su madre y su familia entera, tomen conciencia del rol que están jugando en la recuperación de Diego y de ellos mismos.

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