Cuando Katty recuerda este hecho, contrae su rostro de rabia, culpa a la madre por no haberla defendido, al padre por no haberse dado cuenta y a la abuela por permitir que el abusador siguiera viviendo en la misma casa y ella aprendió a aguantarse su miedo cuando veía al tío.
Abuso sexual, desde el punto de vista médico, comprende no solamente la violación sexual y tocamientos indebidos, sino también todo acto ya sea físico o psicológico de naturaleza sexual contra otra persona. Por ejemplo, si alguien empieza a realizar llamadas telefónicas obscenas, según la OMS, ya se considera Abuso sexual.
Y el abuso sexual infantil, trae consecuencias devastadoras en la Salud Mental de las personas. En el caso particular de Katty, tuvo un rendimiento escolar muy bajo, ella llegó a sentirse culpable del hecho, y a medida que fue creciendo se sentía tan sucia que empezó a hacerse daño ella misma, se hincaba con alfileres en los brazos y se rayaba los muslos con tijeras.
Los padres parecían no darse cuenta, y solamente acudieron a un profesional de la Salud, cuando un día de repente, Katty dejó de hablar.
Ante un caso de abuso sexual, la primera persona que toma conocimiento de ello, tiene el deber de realizar la denuncia, ya sea a la Policía Nacional o directamente a la Fiscalía. Menos mal que en el Perú ya se ha normado la Ley para que los niños abusados sexualmente sean examinados por profesionales competentes, en una Entrevista Única y usando de preferencia la Cámara Gesell, que es un lugar acondicionado con una ventana que por un lado es espejo y por el otro lado los fiscales pueden mirar la entrevista que realiza el psicólogo forense. Esa entrevista es grabada y pasado a un medio digital para la posterior visualización por parte del Juez, si fuera necesario. Esta Entrevista Única evita la posterior revictimización del menor, que anteriormente, era examinado una vez por el médico legista, luego por otro ante una duda, y declarar ante la policía, ante la fiscalía, ante el juez, y cada vez que narraban los hechos, el menor volvía a revivir el abuso.
El caso de Katty no es único. Muchos niños y niñas, que sufren de algún otro problema mental tienen el antecedente de haber sido abusados sexualmente, en cualquiera de sus formas.
Los padres, por más ocupados que estemos, siempre es conveniente que nos tomemos un tiempo de calidad para charlar con nuestros hijos, lo cual redundará en beneficio de todos los integrantes de la familia.
Como anécdota quiero contar que siendo médico legista hace mucho tiempo, me tocó examinar a una menor de doce años que había dado a luz a su segundo hijo. Al costado de la cama, estaba un joven de 16 años que ya estaba siendo esposado ante el llanto de la menor. Después descubrí que ellos vivían juntos, que el chico de 16 trabajaba y mantenía a su nueva familia. En ese caso el Fiscal declinó denunciar al joven por violación sexual, simplemente porque eran de un Centro Poblado a dos días por río del pueblo selvático de Chazuta, departamento de San Martín, y en ese lugar, era una cuestión cultural y social que los jóvenes se juntaran a tan tierna edad.
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